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domingo, 18 de julio de 2010

Twilight Book

¿Sabéis qué? Hoy he salido a dar una vuelta y he acabado llegando a casa con libros, zapatos, diarios y una peste a las cotufas del cine. Simplemente había salido aburrida de casa, pensando que me lo iba a pasar fatal, pero he vuelto tan alegre que creo que voy a estallar. La coca-cola del cine me sienta como un suero de la verdad; hablo, hablo, hablo y hablo, además, digo cosas que de un ánimo normal no diría. ¡Buf! ¡Estoy que echo chispas! (Oye, debería controlarme... No puedo ir por ahí diciendo mi vida cotidiana... ¡Pero me da igual por hoy!).
Me he comprado unos libros y estoy enfrascada en tan solo la portada, ¡imaginaos como ansío el interior que se esconde bajo el cartoncito ese! Oh, además me he comprado un diario donde salen todos los tipos de puntas para una pluma caligráfica... ¡La mía tiene una punta 500! (Oh, si, soy una maníaca de las plumas caligráficas). Bueno y volviendo al tema de los libros... me puse a olerlo y, ¿sabéis que se me ocurrió? Tan solo fue oler y venírseme a la chepa (cabeza), fue un pensamiento efímero pero ideal. ¡Oh, hoy estoy poética! (¿Será por la coca-cola?)
Esto pensé:

"Me encanta el olor de los libros recién comprados...
Por que es un olor indescriptible,
no te dice nada en especial.
Cuando un libro pasa a manos de alguien y se lo lee
la persona piensa que ése es su libro y el libro pasa a tener el olor de su hogar.
De pasar tiempo entre muebles en una casa,
capta el mismo olor.
Su misma esencia.
Sin embargo...
Cuando un libro es nuevo,
todavía no tiene el olor de una casa en concreto.
Por que todavía no ha sido reclamado por alguien.
Es el mismo olor que las librerías.
El mismo olor de cuando están millones de libros amontonados uno encima del otro.
Es un precioso olor por que es como un comienzo.
Y cuando acabe de leer este libro,
podré decir que es mío.
Que tiene el olor de mi casa,
de mi estantería.
Será como haber vivido otra historia entre esas páginas..."

Aish... (Suspiros, suspiros...) No es que sea un grandioso poema, pero pienso que al fin y al cabo es una bonita manera de tomarse los libros. ¿Habéis adivinado? Soy una loca de los libros, la caligrafía, las historias, las leyendas, los mitos... ¡De todo! Por eso me he propuesto que si nadie escribe los libros que me gustarían leer, yo escribiré los míos.
Mis propias historias.

-----------------------------------Siguen los chicos necesitados: ----------------------

Hoy fui yo con mi familia (o parte de ella) a comer a un restaurante al que solemos ir. Es un bonito restaurante justo al lado de la playa donde la especialidad es el pescado, además, el dueño de dicho lugar es amigo de mis padres... ¡Desde los 16 años! ¡Una vida por lo menos! Bueno, fue el caso que un chico joven que trabaja en el restaurante pasó varias veces por donde estábamos sentados y mi madre se vacilaba diciendo que si era mi tipo. En eso llegó una de las camareras con la que me llevo muy bien (además, nada más verme sabe que voy a pedir los tallarines con gambas), entonces me dijo: "El chico tiene 16 años pero dice que tú eres su tipo, pero no se lo digas que es muy tímido". Y yo me quedé O____O [Pálida]. No es que fuera feo, pero no me llamaba la atención en especial.... Jejjeje.

Más tarde en el centro comercial... Había salido del cine y había ido corriendo al baño (oye, que tengo mis necesidades). Antes de entrar al baño me topé con dos niños , que sin exagerar, me llegaban por las caderas o por la mitad de las piernas ¬¬. Entonces paso por delante y uno (encima, el más pequeño) me silba y comenta "Menudo pivón", a lo que el niño más alto le dice "Cállate muchacho que nos va a oír". Entonces me eché a reír y mi madre que venía atrás también. ¡Unos enanos y ya tan espabilados, malditos críos! Jajajajajjjajaja...¡Si como decía mi madre: "A ese le quitaron la chupa ayer"!